domingo, 8 de septiembre de 2013

You have to fight.

El dolor llega sin avisar. Te coge por la espalda y te apunta directo al corazón, amenazando con acabar contigo de un momento a otro. Se mete dentro de ti, se clava en lo más hondo y se aferra con uñas y dientes. Y su única meta es acabar contigo, hundirte y hacer que no salgas a flote nunca más.
Pero tú eres fuerte, y lo sabes. Tienes que hacer que ese dolor se vaya, y puedes hacerlo. Sólo tienes que aferrarte a la parte de ti que sigue intacta, llena. Tienes que agarrarte a ella y pase lo que pase no soltarla nunca, impulsarte hacia arriba.
No puedes rendirte, o el dolor volverá a arrastrarte. Y entonces no podrás volver a salir de ese pozo. Tu única opción eres tú mismo. Eres la única persona que puede salvarte, y a la vez, la única persona que realmente puede hundirte.