lunes, 21 de enero de 2013

Qué lástima que algunas mentiras sean tan bonitas

Puestos a contar mentiras, por qué no decir que no te necesito. Que no me gusta contar tus lunares ni secar las gotas de lluvia de tus labios a besos. Que odio soñar contigo y echarte de menos. (Ojalá). Que el miedo y las dudas nunca vienen a visitarme con insomnio. Que no me gustaría volar y ser libre, que me encanta estar encerrada en una jaula con su propio invierno particular.

jueves, 17 de enero de 2013

(...)

Se encontraron un día cualquiera detrás de la barra de un bar intentando olvidarse el uno al otro. La nostalgia inundaba el bar y los recuerdos hacían de imán entre ellos.
Como dos locos enamorados que se echaban de menos, acabaron dando tumbos por las calles oscuras, entre besos y sonrisas. Hasta perderse en la cama de una habitación del primer hotel que encontraron en su camino. Y decidieron dejar de olvidarse, pero ya era demasiado tarde.
Ella despertó al sentir unos brazos cálidos rodeándola, y miró al desconocido que tenía al lado. Un escalofrío recorrió todo su cuerpo y su estómago se llenó de mariposas al ver sus ojos. Él sintió lo mismo, y dibujó una tonta sonrisa en sus labios.
Estaban hechos el uno para el otro, y en el fondo, lo sabían. Pero no se acordaban. Y cada uno se fue por su camino, pensando que nunca volverían a sentir lo que esa noche habían sentido. No iban a tocar el cielo otra vez con sólo mirarse a los ojos.
Tiempo después, ella despertó de madrugada pensando en él. Y él llevaba todo ese tiempo soñando con ella -o más bien recordando todo lo que había olvidado-, despierto y dormido.
Ella saltó de la cama y abrió la ventana. 'Le echo de menos', pensó. Se sirvió café y con su canción favorita de fondo iba recordando todo. Era su canción favorita porque él se la había dedicado, estaban enamorados desde hacía mucho tiempo y se habían olvidado. No lo podía creer. Todo lo que habían pasado, momentos buenos y malos, ahogado detrás de la barra de un bar, y pensó en cuando despertaron como desconocidos, lo que sintió.
'Tengo que encontrarla', se dijo él, entrando en el ascensor de su edificio. Y dos pisos más abajo, la puerta se abrió dejándola pasar.
-Tan cerca pero tan lejos-. Susurró ella, pensando en qué iba a decirle.
-Te he echado de menos todo este tiempo-. Soltó él.
Y ella secó las lágrimas que corrían por sus labios con un beso.

miércoles, 16 de enero de 2013

Ella era poesía, pero acabó siendo palabras sin sentido bailando en un papel cuando todo el mundo la dejó sola. Estaba dispuesta a saltar todos los precipicios que aparecían en su camino sin tropezar, pero una piedra (él) la hizo caer. Encontraba algo que llenaba su vacío un poco en el papel, compartiendo noches con el insomnio, el miedo y ese nudo que tenía en la garganta (pero no llenaba tanto como esa piedra que jodió todo al hacerla tropezar y destrozarla).
Y cansada de seguir cayendo, decidió saltar por sí misma al abismo, y con suerte no volver a tropezar.

jueves, 10 de enero de 2013

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De madrugada sólo hay románticos y poetas tristes con sobredosis de café. También estoy yo, sin ganas de dormir, echando de menos por culpa de la nostalgia, que vuelve a amenazar con quedarse para siempre.
La lluvia de fondo y me entran ganas de llover a mí. El techo con sus grietas, recordándome que yo también las tengo aunque no se vean. Las pesadillas acechando, y los monstruos de debajo de mi cama sólo quieren escapar (no soportan tanto desastre). La voz de mi cabeza ya se ha callado, ahora es turno del miedo, que pasa por aquí avisando de que llega Soledad a hacerme compañía.
En medio de la oscuridad un grito. Y las sábanas empapadas. Puedo ser fuerte, te repites hasta tranquilizarte. Y al final, lo consigues.

martes, 8 de enero de 2013

Soy más de ti que de mí. De café que de dormir. También soy más de escribir de madrugada sinsentidos que se supone que debería leer alguien que nunca tendrá la más mínima idea de que existen. De echar de menos y no decir nada.

martes, 1 de enero de 2013

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Y Noviembre llovía mientras Nostalgia esperaba en la estación que Diciembre volviera. Pero Diciembre siempre se va. Y Nostalgia se vuelve a quedar sola, esperando un corazón triste que la acoja para sentirse un poco más llena.