miércoles, 29 de agosto de 2012


"Haré todo para cambiar lo que soy, haré todo por engañarme,
me diré una y mil veces que yo no soy así, que esa persona no puedo ser yo, y tratare de convencerme de mil maneras para que crea que puedo cambiar y ser ese alma idílica y magnánima que todos pensamos ser en el fondo, por supuesto no lo conseguiré, pero por el camino aprenderé a valorar mi esfuerzo y me querré un poco más, descubriré que perdonando es mas fácil perdonarme a mi mismo y eso me hará ganar autoestima para reforzar esos valores que parecían olvidados, esos valores son las armas que utilizare para enfrentarme a la vida y sus tentaciones, poco a poco me iré encontrando mas y mas fuerte hasta que por fin un buen día, upps ¡madure!" -Ramón Melendi Espina.

lunes, 27 de agosto de 2012

Estaba tumbada en la cama con los cascos puestos. Mirando a la nada. Oyó un grito que no logró distinguir bien, así que, se quitó los auriculares. Y otro grito. -¡Te quiero! ¡Te quiero! ¡Estoy enamorado de ti!-se dio cuenta de dónde provenían los gritos. Se asomó a la ventana y.
Allí estaba. Arrodillado. Recitando unas palabras dedicadas a ella. Por lo pronto, era lo más bonito que la habían dado en mucho tiempo, así que decidió bajar y escaparse con él. Pero cuando consiguió llegar abajo, él ya se había ido. El muy capullo la había dejado tirada tras prometerla amor eterno. -¡Cobarde!-pensó. Pero no fue capaz de articular palabra. Y es que estaba demasiado rota. Tan vacía. Que sólo pudo derrumbarse contra el suelo y. Llorar hasta quedarse dormida. Deseando que al despertar, todo hubiera sido una maldita pesadilla, pero.

domingo, 26 de agosto de 2012

Quiero noches libres. Felices.

Quiero noches de locura. De caricias en tu espalda. Y en la mía. De hacer cualquier cosa. Cualquier cosa que no sea dormir. De que me lleves hasta el cielo. Que la luna sea la única que nos haga compañía. De pintalabios corrido y la ropa a los pies de la cama. Que me beses y te bese. Que nos envolvamos en un abrazo eterno y me recorras todo el cuello con besos. De susurros al oído diciéndonos 'te quiero'. Quiero noches de fiesta, de desfase. De llegar a casa y sólo tener ganas de tirarte en la cama. De ir de fiesta en fiesta con los tacones en la mano porque no puedo más. Quiero noches de diversión. Noches inolvidables.

sábado, 25 de agosto de 2012

Esperanzas de una noche.

Era el clase de tío que se iba con la primera que se ofreciese a pasar la noche con él. Pero esta vez fue diferente. Se enamoró. 
La vio por primera vez en uno de los bares que frecuentaba cada noche en busca de cariño, fiesta y alcohol. La vio y no podía dejar de mirarla. No sabía lo que le pasaba, sentía como que ella era el centro del mundo. No era como las otras chicas, que le parecían bellas, le atraían físicamente pero. No le producían ninguna sensación. No le hacían sentir que era afortunado por poder observarlas. Tocarlas. No hacían que sintiera las mariposas que sentía ahora en el estómago. Entonces ella le miró y se sonrojó. Él se armó de valor. 
-Señorita, ¿quiere una copa?
-Bueno, si insiste. 
A partir de ese momento empezaron a hablar durante toda la noche. Pero se quedó en eso. Sólo palabras. Él se fue por su lado. Ella por es suyo. Cada uno a su casa, a pesar de que los dos querían dormir juntos. O, bueno. No nos engañemos. No querían precisamente dormir. 
Cada noche él volvió al mismo bar, a la misma hora. Y nada. Ella no volvió. Una lástima. Los dos se querían. Estaban enamorados el uno del otro.
Pero. Se dio cuenta de que ni siquiera sabía su nombre. Quizás no estaban destinados a estar juntos. Él tampoco sabía que ella sentía algo por él. Así que optó por olvidarse de lo que había pasado. Pero seguía acudiendo todos los días al mismo antro. Con un poco de esperanza de que sus caderas, clavículas marcadas y labios rojos subidos a esos tacones, entrasen por la puerta dispuestos a quedarse en su vida para siempre. Dispuesta a quitarle el amargo sabor de su vida. 

viernes, 24 de agosto de 2012

destroying myself.

Abandonar no es una opción.
Su corazón pide ayuda. La razón le rescata. Sólo para poder tirarle al fondo del abismo.
Tenía las ojeras marcadas, ojos hinchados y la mirada perdida. Tantas noches en vela llorando no hacían ningún bien.

Hoy te voy a demostrar que soy fuerte.

Un grito reprimido y las lágrimas cayendo por su mejilla. Ya no puede más. Pero apretó los dientes y una sonrisa forzada iluminó su cara. ¿Me querías joder? Lo has conseguido. Pero no lo vas a ver. No lo voy a demostrar-Pensó. Y salió a la calle dispuesta a aparentar felicidad.-No voy a llorar por ti. No más.

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Se puso los tacones y se pintó los labios de un rojo pasión. Se secó las lagrimas y se dijo a sí misma -Hoy no valen lágrimas. Tengo que ser fuerte.-Se miró al espejo y fingió una sonrisa natural. Salió al salón, donde el capullo de siempre la esperaba. Ella estaba dispuesta a sufrir lo que hiciera falta por estar con él. Porque estaba enamorada y. Ciega. No veía que él era lo que tanto daño le hacía. No quería perderle. Aunque eso terminase con su vida.

asdgfhl-

Él la invitó a bailar. Otra vez. Pero ahora, no quería precisamente bailar. Y ella, indefensa. Se dejó hacer cualquier cosa. Quería volar.
Con un simple roce de sus manos, se les ponía la carne de gallina. Y es que estaban locamente enamorados. Imagínate un beso. Les hacía volar. Tocar la Luna y volver a la Tierra en cuestión de segundos.

jueves, 23 de agosto de 2012

Cuando el mundo se derrumbaba bajo sus pies.


Una lágrima caía por su rostro. El rimmel corrido y las ropas medio rotas. Había pasado toda la noche dando vueltas, sin rumbo. Llorando. Iba descalza con los tacones en una mano y una copa en la otra. Había bebido para olvidar y. Y lo único que hizo fue recordar con más intensidad. El sol se asomaba entre las nubes grises. Ya no quería dormir. No quería soñar. Ahora. Ahora tenía ganas de comerse el mundo.
Empezó por secarse las lágrimas, ponerse los tacones y una sonrisa en su boca.

jueves, 16 de agosto de 2012

Café para dos.

Como cada mañana, sonaba el despertador y él despertaba solo en la cama, pero aun así, arropaba de nuevo al aire. Ella se había ido hace ya un tiempo. Él se levantaba y se dirigía a la misma cafetería de todos los días para desayunar. Al entrar, se acercaba a la barra y articulaba unas palabras. Las mismas de siempre: -Café para dos. Se sentó en la misma mesa de siempre, con dos sillas, una de ellas ahora vacía, y se dio cuenta de que aún seguía la misma rutina de cuando eran dos. Se levantaba en la cama y arropaba algo inexistente, pedía café para dos y se sentaba en la mesa que se sentaban habitualmente. La echaba de menos. Y no la podría recuperar. Por alguna tontería sin importancia, había perdido al amor de su vida. Echó a correr, aún podía hacer algo para recuperarla, y cuando la encontró, le susurró al oído: -Vuelve, por favor. Te echo de menos, y mi vida sin ti no tiene sentido alguno. Sigo haciendo lo mismo cada mañana, cada tarde, cada noche. Sigo pensando que mi corazón es tuyo, de nadie más, y que por una tontería no vale la pena que estemos separados. Vamos a tragarnos el orgullo una vez más y a ser felices. Te quiero. Te quiero y no me cansaría de repetírtelo, si hace falta te lo digo eternamente, pero por favor, vuelve. 

jueves, 9 de agosto de 2012

Me he abandonado a mí misma. Me fui sin avisar, de repente, y no creo que vuelva. Estoy mejor aquí, en la cara de la felicidad. Lejos de los problemas, sin preocupaciones de por medio. Me he decepcionado a mí misma, sí, pero por una buena causa. Ahora llevo una sonrisa a todas partes, la mayoría de las veces sincera. Ahora te pido una cosa, mi 'querida' tristeza. Si algún día volvemos a encontrarnos, haz lo que sea. Cualquier cosa, para espantarme y hacer que no vuelva en mucho tiempo.

Delirium.

 A veces siento que si uno observa las cosas, si se sienta quieto y deja que todo exista frente a él, el tiempo se detiene por un instante y el mundo se congela a medio giro. Solo por un instante. Y si de algún modo uno es capaz de vivir en ese segundo, puede vivir para siempre.

miércoles, 1 de agosto de 2012

Melendi me enseñó...

... que no siempre es mejor lo bueno, ni lo malo lo peor, que las apariencias engañan y la mejor ley es no tener ley. Que hay que cerrar los ojos y pararse a pensar, y que la vida del que no quiere vivir es muy puta. Que hay que luchar por las cosas y seguir caminando por la vida y siempre volver a las andadas. Que la vida es demasiado buena para desperdiciarla en trabajar, y que soñar es tan caro como barata es la luz del día. Que somos la repercusión de nuestras acciones, que las melenas no son sólo Rock and Roll, y que las ropas, estén sucias o rotas casi nunca están reñidas con tener buen corazón. Y que nos podemos burlar en la cara de la ironía, ver reír a la tristeza, y muy guapa a la más fea.