viernes, 18 de octubre de 2013

El uno sin el otro eran una frase a medias. Un quiero y no puedo. Como quedarse con la miel en los labios.
Un grito desesperado que nadie oye. Una canción sin estribillo.
Un poeta sin musa.
Eran una hoja partida por la mitad. Un muro a medio construir.
O medio derruido.
Eran como llover sin que haya nubes. No podían existir.