domingo, 30 de diciembre de 2012

-

Hoy prometí dejar de escribirte y aquí me tienes. Con un papel delante y sin saber por dónde empezar algo que dudo que leas. Pero me he prometido muchas otras cosas otras muchas  veces y de tantas sólo he cumplido unas pocas. O ninguna.
También me prometí olvidarte. Y más tarde dejar de decirle a todo el mundo que no te echo de menos. Me prometí cada mañana al levantarme 'hoy va a ser mi día' y al final fueron todos la misma decepción.
¿Pero prometer sirve de algo? Porque al final nunca cumplimos.

miércoles, 19 de diciembre de 2012

Hablando de sinsentidos, tú y yo.

Poemas rotos y un vinilo que no suena.
Lluvia contra la ventana y tus latidos. Música.
Y yo que sigo esperando que entres por esa puerta y calientes mi cama. (¡Que me abraces, joder!)
Déjame ver la solución a estos días grises. Tus ojos.
Que me pierdo por ellos y nado por un mar de lágrimas.
Y cuando quieras te quito ese nudo de la garganta.

-

Hazme música entre lágrimas y sábanas revueltas. Que la ropa esté tirada por la habitación. Da igual todo. Abre los ojos.
No. Mejor los cierras y me besas. O cómo quieras.

martes, 18 de diciembre de 2012

'última línea juntos, verso acabado punto.'

Nos quisimos como si fuéramos lluvia cayendo sobre el papel. Y acabamos siendo uno.
Como hojas bailando libres al son del viento.
Como un corazón bombeando sangre cada vez más rápido cuando se acerca.
Te volviste ruido porque ya no supe hacer música con tus besos. Y aquí estamos.
Acabando una página, poniendo puntos finales.
Sin saber si habrá una siguiente. Otro capítulo.

domingo, 16 de diciembre de 2012

Somos dos desconocidos que se conocen mejor que nadie. Que se pierden. Se encuentran. Que fingen estar bien a pesar del dolor que se causan. Desastres irremediables. Enamorados el uno del otro. Piezas perdidas de un mismo rompecabezas. Recuerdos. Una fecha quemada en el calendario. Luna y días grises. Un muro derruido. Insomnios y ojeras. Café y un piano. Tus dedos por mi espalda y los míos en tus labios. Corazón y latidos. Ruido.

viernes, 14 de diciembre de 2012

Había unas flechas en el camino indicando la salida. Pero nosotros decidimos vivir. Y en el intento nos perdimos. Más flechas. Más indicaciones. Más ganas de vivir. Nos volvemos a perder y morimos. Pero siempre juntos. Y no intentamos encontrarnos ni revivir. Para qué. Si así podemos ir dando tumbos por calles desconocidas sin miedo a perdernos. Recorriéndonos el uno al otro con besos y palabras sin sentido que se juntan cada vez que nos besamos. Y escribir eternamente.
Sus sueños se disipaban al desaparecer esa cortina de humo que hace todo más fácil. Te pones los cascos dispuesta a comerte el mundo cada mañana y acabas comiendo techo a todas horas. Ves las nubes grises tomar tonos rojizos a medida que la noche se acerca. El miedo siempre acechando.Y por otra parte, nunca quieres que el sol salga. Tienes miedo a estar sola otra vez, a pesar de que todo el mundo te dice que estará. Sabes de primera mano  que vas a volver a estar sola. No del todo; siempre quedará la soledad. Y la nostalgia. Prefieres apuntar y disparar. Terminar con el dolor de un balazo. Pero entonces aparece esa persona que te convence de que todo saldrá bien. Y te apuñala una vez más.

.,

Un cartel de neón que entre líneas parece decir 'recogemos penas y lágrimas en vasos de ginebra'. Una chica rota que vagaba recogiendo los pocos pedazos que quedaban de su desastre. Las sábanas quemaban y la garganta también. Un nudo y una soga. Un abismo y nada más. Una bala de plata con un nombre grabado en busca de su propietario. La misma chica bajo el mismo cartel decidida a acabar con todo. Con nada. A borrar los puntos suspensivos para marcar el final de. Y miedo. Mucho miedo. 

Puede que. Nada.

Qué más dará. Puede que esto sólo fuera un sueño que se tornó pesadilla. Puede que parpadee y ya no estés, o quién sabe, puede que al abrir los ojos vea ese punto de luz que entra por la ventana de mi cuarto y me despierte algo aturdida de esta pesadilla (y puede que la olvide en pocos segundos). Sí, puede que todo esto sea mentira y que nunca hayas existido. Pero esta mentira me gusta. Y acaba conmigo.
Si algún día despierto, recuerda que en algún momento volveré a dormir si el insomnio no me lo impide.
Pero.
No. No creo que esto sea un sueño. Y tampoco creo que pueda despertar y ver luz. (...) Sigo estando al borde del precipicio, y nunca he caído, pero si sigo andando por la cuerda floja puede que caiga. Y no vas a estar ahí para sujetarme.

domingo, 9 de diciembre de 2012

Ya no bailamos. No nos deslizamos por las notas del piano. Ya no hacemos música entre las sábanas. Ya nada. Ya no nos escribimos a besos por tu espalda.

martes, 4 de diciembre de 2012

toca ser frío, invierno, ruina.

Que cuando estamos juntos el reloj se para y el tiempo sólo corre a nuestro alrededor. Sólo para ser nosotros. Pero seamos realistas. Yo estoy perdida por ti y tú por mí. Y para qué buscarnos.
Somos esa única nota que resultaba de nuestro baile por las teclas del piano. Y la lluvia ya no nos acompaña al bailar y el piano desapareció contigo. Y las yemas de mis dedos echan de menos tus costillas. Nos quemamos. Y hemos resurgido de las cenizas demasiadas veces. Ya tocaba ser frío.

,,,

Cuando dejaste de darme calor y todo lo que dejabas era vacío.
Éramos a ratos. Cuando nos olvidábamos del mundo y nos comíamos a besos. A veces. No sé. Nos sumergimos en algún sitio perdido. Tocamos la Luna con la punta de los dedos. Difícil. No imposible. Y así con cada beso. Cada caricia.
Pero. La Luna se apagó y el Sol no salía. Y nosotros nos perdimos por separado. Seguimos buscando. Al menos yo. Una vez más nos consumimos al igual que esa vela. La que nos enseñaba el camino de vuelta y que un día se apagó. Por eso seguimos perdidos.
Nosotros es una palabra bonita siempre que se refiera a ti y a mí. Ay. ¿Te acuerdas de cuando éramos unas cuantas líneas sin sentido?

(...)

Frío. Sin ti. Perdida por un callejón oscuro sin final. Sin sueños y con las pesadillas acechando a tus noches en vela.
Si sigo aquí es por un par de personas que me importan. Ojalá nada importase y así desaparecer. Aunque a estas alturas debería tener asumido que el tiempo sigue corriendo aunque no quiera.