Con toda esa gente corriendo de un lado para otro yo estaba solo y tú también. Y entonces, nuestros ojos se encontraron y el tiempo se paró. Mi corazón se saltó dos latidos y de pronto dejaste de llorar para sonrojarte y sonreírme.
Fue entonces, amor, justo en ese momento, cuando supe que pasaría hasta la última milésima de segundo de mi vida luchando para estar contigo.