Ella era poesía, pero acabó siendo palabras sin sentido bailando en un papel cuando todo el mundo la dejó sola. Estaba dispuesta a saltar todos los precipicios que aparecían en su camino sin tropezar, pero una piedra (él) la hizo caer. Encontraba algo que llenaba su vacío un poco en el papel, compartiendo noches con el insomnio, el miedo y ese nudo que tenía en la garganta (pero no llenaba tanto como esa piedra que jodió todo al hacerla tropezar y destrozarla).
Y cansada de seguir cayendo, decidió saltar por sí misma al abismo, y con suerte no volver a tropezar.
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