sábado, 24 de noviembre de 2012

,

Si hablamos de vicios peligrosos, no puede faltar tu sonrisa. La curva más bonita que existe y también la que más veces me ha roto. En realidad tú eres el peligro. La sonrisa no es más que una mínima parte de todo el daño que puedes causar sin mover un solo dedo.
Pero sigues siendo mi mayor vicio, y sí, lo sé. Me haces daño aunque no me de cuenta. Lo haces poco a poco y acabarás matándome. Pero la ansiedad cuando te vas no compensa. Y mi sonrisa cuando estamos juntos es igual o más peligrosa que la tuya.

1 comentario: