martes, 3 de abril de 2012

por el miedo a equivocarnos...

+Hola, ¿qué tal estás, princesa?
-Hola, estoy... bien... ¿y tú qué tal andas?
+Yo, bueno, mal.
-¿Y eso por qué? no estés mal, sabes que me tienes aquí para cualquier cosa.
+Yo estoy mal, porque tu "estoy bien" no es sincero. No es verdad, sé de sobra que no estás bien, que estás fatal, y ya lo sabes, tu dolor es mi dolor, tu tristeza, es la mía, puede que primero fuéramos amigos, y que nunca te lo haya dicho, pero ahora somos nosotros, somos dos en uno, o mejor dicho, uno solo. Sabes de sobra que aquí tienes un hombro para llorar, que si es necesario, llorará contigo, y en el caso de que no lo sea te hará reír. Te quiero, lo sabes, y siempre va a ser así, aunque no sea como ahora, que dudo que lo nuestro cambie, pero te voy a seguir queriendo igual, o incluso más, así que abrázame, sonríe y no me hagas sufrir más, por favor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario