Un día me contaron que si me precipitaba luego tendría que pagar las consecuencias y que si no podía con la deuda eso sería un problema en mi rutina. La segunda oportunidad si, está bien, pero más son demasiadas. Si te hundes saldrás a flote porque nadie te permitirá la caída. También me pusieron muchos ejemplos de personas inmaduras y cierto es que no merecen la pena en absoluto, como tampoco la merecen las personas que están por estar. Hay gente para todo, sí. Aunque también habrá gente para ayudarte y quererte. Con paciencia y tiempo, sabrás quienes son. Me enteré que una lágrima siempre va seguida de una sonrisa. Nunca quise creer en ti e hice bien en no hacerlo. Repetiría cada palabra dicha, pero no tenían sentido en su momento, ahora tampoco lo tendrán. Que si luchas, la indiferencia es la que gana la batalla y él tiene todas las de perder.