viernes, 5 de octubre de 2012

Ay...

La Luna estaba demasiado cerca comparada con su felicidad. A cada segundo que pasaba ella se convencía más de que no lograría encontrarla. Sus ganas de... de todo, se fueron hace tiempo. Y sus sueños. Con él. De alguna forma u otra, poco a poco descubrió que estaba rota. Que el dolor era lo único capaz de llenarla de nuevo, muy a su pesar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario