sábado, 20 de octubre de 2012

Ay.

Por la ventana entran bocanadas de aire acompasadas con tus latidos. Frío. Y sus dedos recorren tus labios, frágiles, al igual que el resto de tu 'yo'. Tanto interior como físico. La ropa tirada por el suelo y ambos sobre la cama. Una lágrima recorre tu rostro. Hasta que otros labios (los suyos) te la arrebatan de la boca.
Puede que de esta forma, con él, no seas feliz, pero lo que sientes se le asemeja tanto a la felicidad que te da igual. Ni siquiera sabes si es amor realmente.

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