viernes, 14 de septiembre de 2012

No puedo más.-Dijo, con una pistola en sus manos. Dispuesta a acabar con todo. Quebrándose.
Y vuelve a gritar pero nadie la oye. Tampoco lo quiere. Era su culpa. Por ellos estaba así.
Ya no hay miedo. Ni dolor. Ni vacío. Ya no le queda nada por lo que seguir aquí.

3 comentarios:

  1. Me han encantado ambas entradas. Es tan triste tan doloroso, pero la vida, muchas veces es algo muy doloroso, tanto, que hay veces que no se puede soportar.

    ResponderEliminar
  2. Es triste, pero en gran parte es la realidad.

    ResponderEliminar