viernes, 21 de septiembre de 2012

Para. Mátame más deprisa, para que no duela tanto.

Aquella chica de la mirada perdida que consiguió romperte. Y ahora, tú la rompes a ella.
Venganza. Es lo único que quieres, y hasta que no sacies la sed que provoca no vas a descansar. Pero mírate, mírala. ¿Ves lo que estás haciendo? La estás matando.

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